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El perfil de las madres tecnológicas

En una familia, la madre es esencial. Las madres tienen una sabiduría especial, una intuición increíble, principalmente con la gente a la que quieren. Una madre quiere lo mejor para sus hijos y nos hablan con sinceridad desde su experiencia vital.


Esta entrada coincide casualmente con el mes que la publicidad dedica a las madres, pero en realidad, las madres deberían ser celebradas todos los días. Tienen un mérito incalculable. Son esos seres maravillosos que nos acompañan una gran parte de nuestra vida. No siempre estarán, no siempre podremos recurrir a ellas para reorientarnos, para lanzarnos a proyectos inalcanzables o en el día a día más rutinario. Están a la duras y a las maduras.

No hay madres perfectas, cada una hace todo lo que puede, son conscientes de que de las expectativas a la realidad, hay un gran trecho que recorrer, pero no se desaniman y nos transmiten esa fuerza.



Por otro lado la tecnología en la familia es esencial y la madre con un perfil tecnológico comienza a resultar imprescindible. Me refiero a las madres que les interesa aplicar la tecnología en su día a día y no sólo un seguimiento superficial de las redes sociales. Se conoce como High Tech Moms (HTM) a las madres que aprovechan las ventajas de la tecnología para la vida cotidiana y la de sus familias. Esto les permite integrar la movilidad, la portabilidad y el buen desempeño.

La madre puede llegar a ser, además de gran profesional en su ámbito laboral, una ingeniera del hogar. Debe saber un poco de todo para sacar adelante su casa. Sin duda, el hogar y la familia ocupan un puesto central en su vida.Las madres se caracterizan por ser personas multitareas: si a su delicada ternura, esa generosidad incansable, su agudeza de ingenio y su capacidad de intuición, le unimos una capacidad tecnológica en continuo desarrollo tendremos como resultado una madre eficaz y práctica. Cada día un nuevo reto, un nuevo modo de hacer las cosas.


La tecnología es muy útil cuando se sabe emplear. Se puede tener un ordenador último modelo pero sin formación básica tecnológica, se pierde eficacia. La tecnología ahorra tiempo y es precisamente lo que necesita una madre, para seguir ampliando su radio de acción y actuación. No se puede estar en todas las cosas a la vez, no se sabe a qué atender y no se atiende eficazmente a nada. Se necesita orden, prioridades y formación porque estas habilidades no se improvisan.

 
Sin duda, las madres del siglo XXI han de estar al día en tecnología. Me atrevo a decir que para empezar, bastaría un buen curso de Google Drive: Calendarios familiares, documentos compartidos, album de fotos, recordatorios, ubicaciones y un larguísimo etcétera de todo lo que llegaremos a ver. En definitiva, un abanico de aplicaciones que podrían integrarse en un portal familiar para cubrir las necesidades habituales de una familia. Cada día un nuevo reto, una nueva app o un nuevo descubrimiento tecnológico pero eso exige estudio, investigar en Internet.


El desarrollo de este perfil nos interesa en DotFam. Lo iremos desarrollando con las ideas que nos vais enviando
porque el futuro traerá desarrollos tecnológicos como el que se describe en este vídeo y para el que hay que estar preparados:

 

 


Cuando se trata de proyectos personales, lo que una madre sugiere pocas veces cae en saco roto. La mayoría nos insisten en estudiar, seguir estudiando, seguir ampliando conocimientos, especializarse… ellas van por delante.

 
En otra entrada describí la oportuna intervención de mi madre en el desarrollo de DotFam, meses antes de Lisboa. A sus 73 años, es de las personas que mejor ha entendido la trascendencia de un dominio de alto nivel para la Familia en Internet... Será amor de madre…pero sus consejos fueron claves y lo sigue siendo: «Estudia tu proyecto cada día, una hora…no lo dejes.»

 

Ese fue el consejo que la madre de Cristina Pato le dio cuando, esta gran artista gallega, empezó a triunfar con su gaita a nivel mundial. Su madre le sugirió estudiar por si el día de mañana se le atrofiaban las manos, así lo cuenta ella:
 
«Mis padres, por la generación a la que pertenecían, no pudieron tener formación, y por eso era tan importante para ellos dar a sus hijas una educación académica sólida. 
Cuando con dieciocho años saqué mi primer disco en solitario, mi madre me obligó a continuar mis estudios y a hacer un máster. Para ella, que yo me doctorase suponía de alguna manera la culminación de su labor como madre
En aquel momento yo no entendía por qué era tan importante, pero ahora sí. No hay tantos músicos —sobre todo tradicionales— que puedan hablar los dos lenguajes: emocionar a la gente con un instrumento y convencer a instituciones académicas del valor que la música puede tener para ellas. En cualquier caso, como decía, el camino que he seguido no existía: si hace dieciocho años me hubieran dicho que iba a impartir un curso de verano en Harvard con mi gaita, me habría muerto de risa. 
 

No quería terminar esta entrada, sin haceros participe de la historia de la madre de Tomas Edison:

 

 

No dejes de enviarnos tus ideas a info@dotfam.net

 

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